LEB Oro

PESADILLA EN PUMARÍN

Los inquilinos de Palmira Villa Street vieron su sueño de llegar lejos en los Play-Offs de Ascenso a la ACB interrumpido de forma súbita. Un Peñas Huesca disfrazado de Freddy Krueger los ha traumatizado con sus afiladas garras como base de su intensa defensa. ¿Podrá el Oviedo Baloncesto liquidar a su particular monstruo?

Los Cuartos de Final de los Play-Offs de la LEB Oro comenzaron el pasado fin de semana como la peor de las pesadillas. El Peñas Huesca se confirmó como el rival más incómodo, llevando el partido al ritmo que más le convenía. Los de Quim Costa endurecieron ambos enfrentamientos con una defensa al límite y el Oviedo Baloncesto solamente encontró su juego en momentos puntuales.

Partido 1: Unión Financiera Baloncesto Oviedo 55 – Peñas Huesca 74

El encuentro del viernes fue una continuación del duelo celebrado el 3 de enero, el día que un descentrado Jordan Swing se despidió de Pumarín. En esta ocasión, el Peñas Huesca salió mucho más conectado al encuentro, impregnando de intensidad cada lance y defendiendo con presión a toda pista tras canasta.

Por su parte, al Unión Financiera Baloncesto Oviedo le costaba demasiado anotar, ni siquiera encontraba posiciones cómodas para su tiro de 3 puntos. Además el conjunto de Carles Marco cometía numerosas pérdidas de balón y pronto se vio con desventajas importantes en el marcador.


En el tercer cuarto los ovetenses buscaron la reacción apoyados por su infatigable afición que prácticamente llenaba Pumarín. Se rebajó la diferencia adversa, aunque cada canasta costaba sangre, sudor y lágrimas, pero el arbitraje, tan permisivo con el equipo de un gesticulante y protestón Quim Costa, impidió al Oviedo Baloncesto meterse en el partido.

Tras un constante quiero y no puedo llegaba la primera decepción del fin de semana, pero todos los que forman la familia del OCB ponían sus esperanzas en el choque dominical para intentar igualar la serie.

Partido 2: Unión Financiera Baloncesto Oviedo 67 – Peñas Huesca 72

Lamentablemente la tendencia no se invirtió en el segundo encuentro y Peñas Huesca se confirmó como la bestia negra de los carbayones. Aunque el inicio fue mejor que en el primer partido, pronto se volvió a las andadas con un ritmo de juego que convenía a los visitantes, que se mostraban de nuevo más intensos y agresivos que el OCB.

A medida que transcurría el partido se volvía a repetir el particular Día de la Marmota que vive esta temporada el cuadro de Carles Marco con su rival aragonés. Esta vez la reacción llegó en el último periodo y fue más potente, aunque más fruto de la épica que del buen juego.

En el capítulo de nombres en esta serie de playoffs de momento sorprende el buen rendimiento de Mario Cabanas y Drew Windler, muy productivos en las posiciones interiores con la buena dirección de un exhausto Ferrán Bassas (debería de jugar con protecciones de fútbol americano para resistir mejor las “caricias” oscenses…) y la lucha de un rebelde con causa como Zaid Hearst.

En el lado negativo se espera más aporte de jugadores como Andrés Miso, Víctor Pérez, Dan Trist o Kevin Van Wijk, que por su calidad y presencia durante la temporada son capitales en la rotación de Carles Marco.

Los ovetenses buscarán ahora un milagro en tierras oscenses, que pasa por ganar al menos el partido del viernes que evitaría el sonrojo de un 0-3 en la serie. Este grupo de jugadores y técnicos no se merecen un final así y la afición incansable y fiel de Pumarín mucho menos.

 

(Francisco Gayo)

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