PAUL JESPERSON – OTRO GRAN ACIERTO
El alero norteamericano Paul Jesperson se ha convertido en una de las principales figuras del quinteto carbayón. Con 28 puntos ante Palencia, fue el MVP del partido y de la jornada.
A muchos equipos les gustaría conocer la receta secreta que Héctor Galán vierte en su café todas las mañanas. No hay fichaje que se le resista. Cada año se encuentra con el reto de confeccionar una plantilla desde cero o, como mucho, desde 2 jugadores.
Sin embargo, año tras año, las sensaciones que la plantilla del Unión Financiera Baloncesto Oviedo deja sobre la cancha son más que aceptables. Uno de los claros ejemplos de la rápida adaptación y que no deja más que evidenciar el funcionamiento del método “Galán”, es el de Paul Jesperson.
Es verdad que Drew Windler había notificado al club su intención de salir en enero. No obstante, nadie esperaba que lo hiciera sin previo aviso y en vísperas de una nueva jornada liguera. Sin prácticamente tiempo de reacción hubo que sondear el mercado en pleno noviembre con las pocas, aunque potentes, armas de seducción que tiene Oviedo.
Finalmente por, llámenlo instinto, y entre los candidatos seleccionados la dirección deportiva del Unión Financiera Baloncesto Oviedo se decantó por Jesperson. Paul, nacido en Merrill (Wisconsin), destacó desde pequeño en su instituto. Aún a día de hoy mantiene la mejor anotación de la historia en el mismo, lo que bien le valió una ficha en la Universidad de Virginia.
Tras su paso por Virginia, con más pena que gloria, recaló en la Universidad de Northern Iowa, donde se reencontró con su mejor baloncesto, promediando 11 puntos y 4 rebotes.
Esas estadísticas bien podrían haberle hecho un hueco en el NBA Draft 2016 pero la suerte fue caprichosa y no fue así. Tras su paso por la universidad firmó su primer contrato profesional con Rio Grande Valley Vipers, en la liga de desarrollo de la NBA, la D-League. Su paso por Texas duró apenas unos meses. El baloncesto europeo llamó a su puerta.
Con miedo al idioma y ante una aventura, lo acogió la mejor familia posible. A los tres días de su llegada Pumarín le cantó el cumpleaños feliz y una tarta le esperaba en el vestuario. Tardó en hacerse a las nuevas dimensiones europeas y sobre todo el cambiar grandes pabellones universitarios por el humilde Luis Riera Posada, pero ha explotado.
A su llegada Héctor Galán ya nos puso en perspectiva: “Es un jugador con muy buena mano. Puede actuar de 3 o incluso de 4. Nos va a ayudar mucho”. Lo que nadie se imaginaba es que en poco más de dos meses ya hubiera hecho olvidar a Drew Windler. Próximo objetivo, Jordan Swing.
(Artículo: Diego González/Foto interior: David Hevia)