De la isla de El Hierro en Santa Cruz de Tenerife,  lugar habitado por 10.000 personas, con sus 2,09 metros de altura ,ahí nació el chaval tranquilo pero audaz en el deporte de la canasta, Oliver Arteaga.

Con 15 años comenzó a despuntar en el deporte de las alturas, la semana pasada cumplió 400 partidos en LEB Oro como obrero del baloncesto y lo hizo con el que se ha convertido, de momento, en el equipo de sus amores.

Una trayectoria deportiva plagada de momentos de desamor, nostalgia, caídas, pero también éxitos, momentos que lo han abrazado hasta seguir adelante en 12 temporadas que le han postrado como uno de los jugadores referencias por su rol como pívot.

Oliver es como aquel personaje que llega a unir grupos, a ser intermediario en y fuera de la cancha. Es sobrio pero carismático, es baloncesto pero también es disciplina. En Oviedo, ha destacado por sus actuaciones en los últimos tres años. Ahora, debe cumplir, no por presión, sino mas bien por retirarse por todo lo alto, mantener la categoría con los del Fortín.

En ese encuentro ante el ICG Força Lleida en casa vivió por cuatro centésimas el baloncesto, quien más que él para saber cómo jugarlo. Ya lo dijo él en su momento cuando aseguró que cuando "comienzas a ver más cerca la retirada, empiezas a disfrutar mucho más del baloncesto".

"Muchas gracias porque cumplir 400 partidos en una liga tan importante como es la LEB Oro es todo un orgullo para mí".

Han sido así 12 años compitiendo por ser referencia, pero ya para la fanticada Oli no necesita demostrar nada más. La peña del Fortín, como se suele ver cada fin de semana, agradece el esfuerzo del center de Liberbank.

Arteaga se ha conocido diez elásticas como jugador, pero todo parece ser que su adiós será en la capital del Principado. Desde que llegara junto a su familia, el clima lo ha arropado y lo ha hecho sentir como en su morada. Él mismo ha repetido en muchas ocasiones que en este tiempo, pese a ser un club de mediano nivel, están a la altura de cualquier compromiso, mostrando su "agradecimiento por el apoyo".

En lo que se refiere a la situación actual de su equipo estimó que "esta liga es de rachas muy pequeñas, y ganar 2-3 partidos te puede dar el impulso para clasificar". Aunque sí fue claro en decir que "la presión puede llegar si en las últimas jornadas se mantienen en posiciones de peligro".

Al ser consultado por la FEB sobre si es más fácil jugar por la permanencia en lugar del ascenso, atizó que la primera se hace más dificultosa, siendo sus primeros años, de acuerdo con él, de retos más ambiciosos en el club que en la actualidad.

Su temporada actual a nivel individual no ha sido nada fácil, ha tenido algunos problemas físicos, los cuales no le han garantizado regularidad y se ha visto sumido a un ritmo más lento del habitual.

Desde la consciencia madura que le caracteriza desde chico, acepta con entereza que su capítulo en esta serie hace la cuenta regresiva. Por ello, "disfruta al máximo, porque sé que pronto no podré vivir momentos tan increíbles como estos".

En el ámbito familiar, Oliver tiene tranquilidad por saber que sus hijas lo hayan podido ver jugar al baloncesto. "Me enorgullece el que vengan a verme, el que se ilusionen por ir a los partidos de papá y el compartirlos juntos", finalizando que no "cambiaría eso por nada".

Por último sus palabras de agradecimiento fueron para el Liberbank Oviedo Baloncesto de Javi Rodríguez, fijando su mirada al momento gris que vive el quinteto de la LEB Oro, recordando que está aquí para "ayudar a lograr esa estabilidad tan necesaria para permanecer en la categoría".

(Ronald Villarroel/Foto: Liberbank Oviedo)