Entrevistas

NIKOLA KUGA, EL MUNDO ES UNA GRAN PELOTA NARANJA

En esta ocasión os traemos una interesante entrevista con Nikola Kuga, un jugador serbio que ha jugado en los cinco continentes y en multitud de países. Un espíritu inquieto que colecciona experiencias y para el que nuestro planeta no deja de ser una gran pelota naranja.

Mucha gente vive su existencia como un continuo paso del tiempo monótono, sin cambios ni riesgos, aferrados a lo suyo. Pero hay personas que se toman la vida como una gran aventura de la que disfrutar y extraer todo el meollo como diría John Keating, el inolvidable personaje de “El Club de los Poetas Muertos”.

 

Y el baloncesto no es ajeno a esta visión de la vida. Muchos jugadores profesionales se centran en establecerse en la liga de su país o en alguno del máximo potencial que puedan jugar. Incluso algunos son contrarios a marcharse a jugar a otras latitudes por temas personales, familiares o simplemente por su carácter.

 

Nikola Kuga (13-10-1986; Bihac, Bosnia Herzegovina) es diferente. Se toma la vida como una sucesión de experiencias y una aventura constante y para él el baloncesto no deja de ser una herramienta para llevar la vida que quiere, haciendo lo que más le gusta.

 

Asturbasket: ¿Quién es Nikola Kuga?. ¿Puedes contarnos algo sobre ti mismo?

 

Nikola Kuga: Aunque nací en Bihac, viví en Croacia durante la época en que la antigua Yugoslavia pasó por graves problemas. Luego mi familia se mudó a Montenegro y finalmente a Serbia. No tuve una infancia fácil, pero tuve la suerte de conocer muchas personas en esa etapa.

 

Comencé a jugar al baloncesto en Serbia cuando tenía 12 años. Posteriormente pasé a formar parte de una de las mejores escuelas del baloncesto balcánico, como es el FMP Beograd, donde estuve unos cuantos años. Fue una gran época para mí, ya que aprendí muchísimo en poco tiempo y, aunque había comenzado algo tarde a jugar al baloncesto, pude empezar a prepararme para ser un jugador profesional.

A: Cuando aún eras muy joven decidiste salir a jugar al extranjero. ¿Qué has aprendido de tu experiencia internacional?

 

NK: Bien, como todo el mundo sabe Serbia es un país con muchísimos jugadores jóvenes de talento y no es siempre fácil encontrar tu lugar bajo el sol en un equipo competitivo. De esa forma, cuando aún era muy joven decidí buscar mi oportunidad en otro país. Trece años más tarde puedo decir que estoy más que feliz por haber tomado esa decisión, porque el baloncesto me da muchas más cosas de las que hubiera esperado en mi vida.

 

He jugado de momento en 17 países diferentes y en los cinco continentes. Para mí esto es una escuela de vida sensacional. Poder vivir con tanta gente de diferentes culturas es simplemente una bendición. Me fascina conocer diferentes estilos de vida, culturas, gente, historia, los distintos conceptos de cómo afrontar la vida que hay según el país… en definitiva todo es una experiencia genial. Creo que la lección más importante que he aprendido es aceptar a los demás, independientemente de dónde sean, de cuál sea su religión, etc. Lo único que importa al final es la naturaleza de la persona.

A: Pero suponemos que no todo resulta sencillo ni fascinante cuando se emprende ese modo de vida.

 

NK: Para nada. No es tan fácil como pueda pensarse. Hay muchas situaciones difíciles que se plantean y tienes que superar. Siempre tienes que tomar decisiones y, gracias a Dios, puedo decir que la mayoría de veces he elegido la correcta.

 

Una de mis primeras experiencias internacionales fue en 2008 en el Sports Plaza de Marruecos. No sabía casi nada acerca del país ni tampoco de su baloncesto. Resulta que unos días antes estaba en casa entrenándome con otros jugadores y había muy poca gente en el pabellón. Pues una de las personas era un entrenador de Marruecos y dos días más tarde estaba en Casablanca. Pasé allí 11 meses estupendos e inolvidables.

 

A: ¿Cuál fue tu siguiente estación?

 

NK: Después de Marruecos, jugué en Eslovenia (Hopsi Polzela), Islandia (Skallagrimur), en Asia y luego llegó Colombia que fue especial. El año 2011 me trajo nuevos retos. Me fui a jugar al Cúcuta Norte de Colombia, siendo el primer europeo en jugar allí. Fue una locura. Es la mejor forma que puedo expresarlo: partidos, entrenamientos, viajes, descanso… 24 partidos en menos de 2 meses incluyendo los playoffs. Es un baloncesto muy diferente al europeo. Se juega un “run & gun” constante, con muchos tiros. También pude conocer un poco el país y puedo decir que Colombia es un país muy bonito con gente muy agradable y chicas muy guapas.

 

A: Y tras el paso por Colombia, ¿a dónde te dirigiste?

 

NK: Como la temporada en Colombia es muy corta, me las arreglé para jugar durante el 2011 en otros dos países más: Dubai y Vietnam. Una vez que terminó la temporada me dije a mí mismo que por fin tocaba descansar, pero como mi espíritu aventurero siempre me empuja a más, no pude quedarme en casa demasiado tiempo.

 

Entonces vi en la televisión un documental sobre las Maldivas y me dije que era un sitio maravilloso y que tenía que ir a conocerlo. Un mes más tarde estaba allí jugando un torneo de basket. No puedo revelarte cómo me las arregle para llegar allí… (risas).

A: Obviamente tu ruta alrededor del mundo continuó…

 

NK: Así es. Luego estuve jugando en Dinamarca, Alemania e Indonesia. En este último país formé parte de un equipo que jugaba la ASEAN League (que la juegan equipos de Indonesia, Singapur, Thailandia, Vietnam y Malasia). La verdad es que disfruto jugando en esa parte del mundo. Después estuve jugando también un tiempo en Estonia y Suecia.

 

A: Esta temporada pusiste rumbo a tierras australianas.

 

NK: Sí, uno de mis sueños siempre había sido ir a jugar a Australia. Nunca he conocido nadie que me haya hablado mal de Australia. Solo me contaban cosas buenas del país y estaban en lo cierto al 100%. Es el mejor sitio en el que he estado hasta el momento. Gente sorprendentemente amable, un país multicultural, una naturaleza maravillosa… ¿Qué más podría uno pedir?. ¡Nada!

 

El baloncesto australiano, especialmente la NBL, tiene un nivel bastante alto. La organización de los equipos funciona muy bien como el resto de cosas en Australia. Probablemente han sido los mejores seis meses de mi vida profesional y solamente puedo dar las gracias por ello.

 

A: Y tu último equipo ha sido en el Líbano.

 

NK: Tras pasar por Alemania, me surgió la opción de fichar por Al Moutahed del Líbano. El basket libanés está a un buen nivel. Sus equipos tienen extranjeros con perfil NBA o Euroliga. El segundo entrenador (Vladan Glavinic), que me conoce de hace mucho tiempo, me llamó en enero para ayudar al equipo un poco y me llegó la oportunidad de venir aquí.

 

Es un buen equipo con una gran química y buen nivel tanto en el cuerpo técnico como en la gerencia. No conocía mucho sobre el baloncesto libanés, pero la organización en Al Moutahed tiene un muy buen nivel. Te ofrecen todo lo que un profesional puede pedir.

 

Además he jugado con compañeros como Ramel Curry (ex Panathinaikos) o Mike Taylor (ex Clippers), con lo que sobran las palabras. Si tengo que nombrar un jugador que haya sido una referencia en mi carrera este es, sin duda, Ramel Curry. Una gran persona con un carácter muy especial y cuya carrera habla por sí misma.

 

A: Has jugado en 17 países pero no en España. ¿Cuándo te veremos por nuestro país?

 

NK: Bueno, me gusta mucho España: su cultura, la gente, todo… Ya he estado 2 veces. La primera fue en el 2007 en Gran Canaria, jugando un campus donde fui uno de los mejores jugadores, y repetí experiencia en el 2010 en Málaga. No tengo dudas acerca de que sería un placer jugar en un país como España. Creo que es con seguridad el mejor país para jugar al baloncesto.

 

A: ¿Qué diferencias existen entre el baloncesto de sitios tan distantes?

 

NK: A primera vista cualquiera podría decir que el baloncesto puede ser lo mismo en cualquier parte del mundo. Muchas cosas son comunes como el balón, cinco jugadores en cada equipo, etc, pero también existen muchas diferencias depende de dónde se juegue.

 

La más grande de todas es que jugar como extranjero o ser jugador local es una diferencia enorme. Quizás no tanto en Europa pero sí en otros continentes. En Asia o Sudamérica, por ejemplo, si eres un fichaje extranjero tienes que ser capaz de anotar 20-30 puntos por partido. Se suele jugar un ritmo alto y tienes que encontrar la manera de anotar una buena cantidad de puntos. Si no es así, hay otros jugadores esperando por tu lugar. En Europa se practica más un juego de sistemas. Tú tienes tu rol en el equipo y si tú cumples con tu cometido, todo irá bien para ti. De acuerdo a mi experiencia, la clave es que te adaptes al entorno tan rápido como sea posible y que disfrutes jugando al basket.

A: ¿Qué cosas te aporta el moverte por todo el mundo jugando al baloncesto?

 

NK: Hay muchas cosas interesantes que descubrir. Por ejemplo, las comidas. Recuerdo que en uno de los países asiáticos en los que jugué la comida era muy especiada y no me gustaba ese tipo de comida. Les pedí que me trajeran comida no tan sazonada y dijeron que no había problema, pero la siguiente era exactamente igual a las anteriores… Bueno, pues gracias a ellos ahora me encanta la comida con muchas especias.

 

A: Imaginamos que con tantos viajes y aventuras tendrás muchas anécdotas en estos años. ¿Puedes contarnos alguna?

 

NK: Sí, la verdad es que tengo un montón de ellas. Los taxistas en Vietnam son muy divertidos. No hablan inglés y te dan vueltas por la ciudad 40 minutos antes de llevarte a tu destino. Lo único que puedes hacer es esperar pacientemente. Ahora que lo cuento es gracioso pero cuando lo vives no tanto (risas)…

 

Ha habido algunas situaciones algo peligrosas también. Por ejemplo, en Maldivas estuve practicando buceo y tuve mucha suerte, ya que perdí mi máscara a una profundidad de 25 o 30 metros y, por supuesto, cuando no tienes mucha experiencia buceando algo así puede ser muy peligroso. Pasé por un momento de pánico pero afortunadamente todo salió bien. Mi espíritu aventurero me llevó a repetir la experiencia y la siguiente vez todo fue perfecto.

 

A: Y ahora tras ser eliminados en semifinales de los playoffs de la liga libanesa, ¿a dónde irás a jugar?

 

NK: ¡Oh, esa es una buena pregunta!. Pero la dejaremos en la incógnita para una próxima entrevista…

 

A: Eres un hombre con misterios. Muchas gracias por la entrevista y mucha suerte Nikola.

 

NK: ¡Gracias también a vosotros!. Nos vemos pronto en nuevas aventuras baloncestísticas. Un abrazo.

 

(Entrevista: Francisco Gayo/Fotos: archivo de Nikola Kuga)

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