Unos países van repearturando cada uno de sus motores económicos, mientras que a otros apenas les aguarda un camino lleno de cambios. Así se ve el panorama para los Estados Unidos, siendo el país más afectado por la crisis sanitaria del COVID-19.

También claramente es el caso de la NBA que deberá dar marcha atrás a la decisión de comenzar entrenamientos el 1 de mayo, una fecha que ahora deja más preguntas al aire que argumentos para el arranque del máximo circuito de las alturas en el mundo.

De acuerdo con fuentes allegadas al alto comisionado, Adam Silver, a partir del contemplado día apenas se podrían comenzar a gestionar opciones, así como estas irían a la par con la desescalada que le dé cada región estatal, como se ha visto progresivamente en otros países.

La cadena televisiva ESPN ha revelado que se habría articulado un 'memorándum' para actuar bajo unas rigurosas directrices, entre las cuales destacan presencia de solo cuatro jugadores en el pabellón, mantener una distancia de 3,5 metros y la no  participación de un elemento tan importante como los entrenadores cuando haya sesiones.

Todo parece ser que el regreso no es como la mayoría quisiera, pero está claro que apenas es cuando comienza el reto de enfrentar a la pandemia COVID-19, que ha azotado y dejado graves consecuencias para el mundo entero, en un país donde el número de contagiados asciende a más de 3 millones de personas, y con 213.000 personas fallecidas, encabezando la lista en el ranking de países afectados.

Otra de las cosas mas llamativas es que Adam Silver no recula en sus decisiones y ha dado firmes pasos para no exponer al espectáculo que supone la National Basketball League (NBA). Pero de lleno que esta noticia ha sido una cachetada sin anestesia para la ilusión de fanáticos, jugadores y directivos, que veían con ansias y esperanza el regreso de los trotamundos a los parqués.

(Ronald Villarroel)