JUGADOR DEL REAL BETIS DICE: "HE COMIDO MUCHA MIERDA EN LA LEB ORO"
El jugador blanquiverde viene desde los "suburbios" y asegura que el esfuerzo ha rendido frutos.
Ronald Villarroel.- ¿Qué deportista no se ha enfrentado al natural estado de remar a contra viento?, o en el caso de Pablo Almazán, jugador del Coosur Real Betis, quien tardó poco más de tiempo para hacer su debut en la ACB lo describe como "comer mierda para llegar" a este nivel.
De acuerdo con información de diariosur.es, Pablo cumplió el ciclo de cantera en Unicaja, llegó a Andalucía para jugar en los Guindos cuando apenas era un chaval y años más tarde se curtió para ser un jugador de la máxima competición. De hecho, fue en este primer equipo donde pudo hacer su debut.
No obstante, al jugador referirse con estas tajantes palabras a su proceso de encaminarse en la máxima categoria, llegaba 2010 en una temporada turbulenta, donde no le favoreció el ambiente en el quinteto de Málaga. En este sentido, Almazán poco o nada pudo hacer pues no jugó la Copa por segundo año consecutivo en el Unicaja y ahí se acababa la historia en la ciudad para este chico.
A nivel continental, vivió el momento más duro en su carrera en Euroliga ante el Panathinaikos de Atenas, donde su equipo recibió una bofetada de 82-56. Pero hay que mencionar que para entonces, Almazán era jugador del Clínicas Rincón, equipo vinculado al Unicaja.
Es importante decir que Almazán fue el jugador que destacó en ese compromiso y Chus Mateo, entrenador de él para aquel año, matizó ante la derrota que "llevaba años esperándole", dando su visto bueno al talento del basquetero de 30 años.
Luego, va cedido a Zaragoza, donde no lo tuvo nada fácil. Para más tarde ir a la LEB Oro. Su pasado lleva consigo una insignia de esfuerzo pues jugó en el Básquet Coruña, el Breogán, el Navarra y el Melilla.
Tras varios años alli, dijo "sentí que había cumplido un ciclo", aseguró al vestir los colores del conjunto de las orillas del Mediterráneo.
"Mi objetivo era entrenar y trabajar duro para volver a estar entre los mejores"
Ante el fin de su etapa en el Melilla, ahora Pablo dejó atrás los años más difíciles, y junto a Juanma Rodríguez, director deportivo del Betis, quien le llamó, sigue ayudando al equipo como todo un currante y es viva imagen de "éxito personal, sacrificio, recompensa y lo disfrutaré", asegura el baloncestista granadino.