Quizás esta previa no vaya a seguir el esquema tradicional. Hoy no voy a hablar de rival, no voy a hablar de lesiones, ni siquiera de ruedas de prensa, creo que todo ello a las 18:00 horas de hoy importará bien poco.

Cuando uno tiene tan cerca escribir su nombre en la historia, los protocolos hay que saltárselos y uno tiene que expresar sus sentimientos. Desde la palabra en mi caso o desde la grada, como es el caso de aficionados como Carlos, que apenas contuvo las lágrimas tras ver a su equipo ganar el FC Barcelona B.

Carlos se despertará mañana, desayunará y leerá la prensa. Muy orgulloso y esbozando una sonrisa verá al equipo que apoya desde hace un lustro en las portadas de los diarios regionales. Con mucho cariño, aunque esta vez con más que nunca, dedicará 140 caracteres a su equipo en Twitter, al igual que hace antes de todos los partidos, tras ello comerá.

La habitual siesta que a Carlos le encanta echar se antojará imposible, y es que con los nervios a flor de piel es difícil conciliar el sueño. Cuando lleguen las 17:00, Carlos emprenderá su camino al polideportivo más mágico de la LEB Oro. Sí, he dicho mágico. Ni el mismo Harry Potter podría ejecutar ningún hechizo para lograr lo que este club ha conseguido.

Llegarán las 18:00 y más sobresaltado que nunca, vibrará con la presentación de Rubén, speaker del Oviedo Baloncesto. Finalmente junto a otros 1.100 locos del baloncesto disfrutará de su mayor locura, el Unión Financiera Baloncesto Oviedo.

Como de Carlos, hay que hablar de Miguel, de Manuel, de Paula o de Marta. Vidas sin ningún vínculo en común salvo el que el baloncesto ha creado entre ellos. Todos persiguen un sueño, ser campeones. Todos ellos culpables, cómplices de que el baloncesto en Oviedo cope portadas, responsables de que los rivales de toda España teman visitar Pumarín.

Nuestro gran logro no ha sido otro que crecer, juntos, de la mano y al compás del sonido que emite una red cuando Víctor Pérez se siente inspirado desde el 6,75.

Decía un gran sabio del planeta fútbol que las finales no están para jugarlas, están para ganarlas. En Oviedo las finales, las oportunidades, no se ganan o se pierden, sino que se aprende de ellas.

El gran éxito de este equipo está en haber evitado los errores del pasado, en haberse instruido con todas las dificultades que este equipo ha sorteado hasta escribir su nombre en la historia, porque no tengan duda, estos tíos ya la han hecho.

La vida, el baloncesto… todo es cuestión de centímetros, uno arriba o uno abajo marca la diferencia. Démosle ese centímetro al Oviedo, brindemos ese necesario aliento en cada defensa, en cada bloqueo, en cada rebote. Porque mañana no libraremos más que otra batalla, no menos que otra batalla.

Atrás quedan tantos y tantos esfuerzos, tantos desafíos a la lógica. Siempre hemos estado ahí, y sabemos que ganar no será nada fácil. Enfrente tendremos una de las mejores plantillas de toda la LEB Oro. Pero nos habéis enseñado el valor de no rendirnos nunca, como sabemos que vosotros vais a hacer en la cancha.

Si escribimos historia la escribiremos juntos, si nos toca perder tocará afrontarlo de la mejor manera posible y estoy seguro de que lo haremos juntos. Pase lo que pase mañana, gracias por hacernos soñar cada semana. Hemos decidido subirnos a este tren y no nos vamos a bajar. Permaneceremos unidos hasta el final.

Por Diego González