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ENTREVISTA A MARK COOPER – LUCHANDO POR UN SUEÑO

Nuestro colaborador José Álvarez se estrena desde Minneapolis con una entrevista a Mark Cooper, uno de tantos americanos que buscan un equipo “overseas”.

Es bien sabido que Estados Unidos es el país donde nació el baloncesto y donde cada temporada surgen de sus equipos universitarios cientos de jugadores, que sueñan con llegar a la NBA.

 

Muchos de ellos saben que para conseguirlo primero tienen que buscar fortuna en cualquier país del mundo. En casi todos hay al menos una liga profesional y lo que necesitan muchos de ellos es una simple oportunidad. Luego el devenir de cada uno les llevará a mejorar de liga y de equipo, quizás lleguen a ser millonarios e incluso jueguen en las pistas de la NBA. Otros muchos se quedarán por el camino, pero al menos lo habrán intentado.

 

Nuestro protagonista se llama Mark Cooper. Nació en la localidad de Brooklyn Park, cerca de Minneapolis, en Minnesota, y las dos últimas campañas las ha pasado jugando para el UER Pineda de Mar, un equipo histórico que pasó 8 temporadas en la 1ª División, precursora de la ACB, y que ahora milita en la 1ª Catalana. La pasada temporada promedió 22,4 puntos, 8,5 rebotes, 5,8 asistencias y 2,1 recuperaciones, lo que le convirtió indudablemente en el mejor base de la competición.

 

Quedamos con Mark en un Starbucks para realizar esta entrevista. El día en Minneapolis es de un calor abrasador como ha sido las últimas semanas. En invierno vendrán días de un frío gélido en el territorio de los Timberwolves de Ricky Rubio.

 

Mark está esperando a la hora convenida, tomándose un capuccino. Tiene la mirada serena y confiada. Sabe que a sus 26 años aún está a tiempo de alcanzar su sueño. Detrás de él hay una historia de superación y sacrificio. Dejemos que nos cuente como un sencillo chico de Minneapolis salió de uno de los barrios más pobres de la ciudad para llegar a orillas del Mar Mediterráneo.

 

Asturbasket: ¿Cómo te surgió la oportunidad de jugar en España?

 

Mark Cooper: Había oído hablar de la Europe Basketball Academy y de la posibilidad de que me consiguieran una prueba con algún equipo en España. Logré tener una con el UER Pineda y ya nunca miré hacia atrás desde entonces. Tras la prueba el Pineda me ofreció un contrato. Aunque era una liga menor como la Primera Catalana, al menos era un comienzo para mí. El club me trató muy bien, me pagó religiosamente cada mes y me dio un bonito lugar para vivir cerca de la playa.

 

A: Parece que estuviste muy contento en el UER Pineda, porque te quedaste una temporada y media.

 

MC: Bueno, en realidad quería probarme a mí mismo. Viniendo de un lugar como Brooklyn Park (en Minnesota), nadie en Europa me conocía, así que mis metas se centraron en conseguir las cintas de los partidos y dominar la liga. Cuando llegué al UER Pineda, la temporada estaba casi llegando al ecuador y sabía que me llevaría un tiempo adaptarme al estilo europeo de jugar al baloncesto. La siguiente temporada el equipo quería que continuara y me ofrecieron un contrato mejor que el primer año. También entonces el UER Pineda estaba entrenado por César Aneas Prades, que para mí es el entrenador más infravalorado de toda Cataluña. Es un entrenador muy inteligente y muy focalizado en entrenar. Además tiene un gran corazón y quise aprender todo lo que pude de él. Además estaba allí Josep Millán, mi traductor y gran amigo, que me había ayudado muchísimo, así que no me lo pensé más y acepté.

 

Pero mi objetivo siempre ha sido evolucionar y mejorar, intentar llegar a la liga de mayor nivel que pueda haber para mí. Realmente conozco el concepto de comenzar desde el fondo y construirme una carrera mejorando cada día.

 

Mucha gente en USA piensa que es fácil jugar en Europa, pero están totalmente equivocados.

 

A: ¿Qué sabías del baloncesto europeo antes de irte allí a jugar?

 

MC: Sabía que en Europa se juega mucho en equipo, no con el predominio de las individualidades que solemos aplicar en el baloncesto estadounidense. En Europa los jugadores suelen ser muy inteligentes y entienden el juego a la perfección. Otro aspecto que ya conocía sobre el baloncesto europeo era el hecho de que en Europa se aprecia mucho al jugador que hace pequeñas cosas y trabaja para el equipo. Desde la labor de rebotear hasta la defensa, todos en el equipo tienen su importancia, tanto el jugador más humilde como las estrellas. Mucha gente en Estados Unidos piensa que es fácil competir allí, pero están totalmente equivocados.

 

A: Entonces, por lo que veo, ya esperabas encontrarte con ligas potentes y competitivas y también que deberías de trabajar muy duro para conseguir triunfar en Europa.

 

MC: ¡La verdad es que sí! (Mark se expresa rotundamente mientras muestras una risa sincera). Especialmente cuando nadie te conoce en el baloncesto europeo. La ACB es la segunda mejor liga del mundo después de la NBA. Sabía que el novel de talento era muy alto antes de irme a Europa.

 

A: ¿Cuál fue el aspecto del basket europeo al que más te costó adaptarte?

 

MC: En realidad mi estilo de juego encaja mejor con el estilo europeo que con el norteamericano. Soy un tipo de jugador para nada egoísta, ya que siempre busco un pase a un compañero antes que lanzar a canasta. Intento ser inteligente en la cancha y leer bien el juego. Me gusta conseguir que mi equipo gane partidos. Así que verdaderamente no tuve demasiados problemas para adaptarme en ese sentido.

 

Aparte de los pasos de salida que en Estados Unidos son legales y aquí no. A todos los jugadores estadounidenses nos cuesta un poco con ese tema de los pasos, pero después de jugar dos temporadas en España, ya lo controlo perfectamente (risas).

 

A: Llegados a este punto, ¿cuáles son tus metas para esta temporada?

 

MC: Bueno, al no tener un agente, prefiero tratar con los equipos yo mismo. Me gustaría poder jugar en un equipo de la Liga EBA y, de esta forma, continuar creciendo como jugador, para probarme a mí mismo y demostrar que puedo progresar como jugador.

 

Me siento un ganador y me encanta ganar y sacrificarme por el equipo. En el baloncesto profesional, y particularmente en el europeo, uno tiene que entender que cada jugador tiene una tarea específica que hacer. Si cumples con tu labor extremadamente bien y no intentas hacer cosas que no estás capacitado, tu equipo se ve beneficiado y conseguirá victorias. Mi objetivo es ganar, así que esa filosofía encaja conmigo. En estos momentos, tengo algunas ofertas y algunos equipos interesados en mí, así que estoy expectante de ver qué sucede.

 

A: ¿Qué consejo le darías a un jugador norteamericano que quiere jugar en el extranjero?

 

MC: Mi primer consejo sería que sea profesional tanto dentro como fuera de la cancha en todo momento. Uno tiene que entender que el baloncesto es su profesión y tiene que tomarse este deporte con mucha seriedad. Eso significa muchas cosas como comer saludablemente, dormir las horas necesarias y entrenar dura y regularmente. Si crees que la profesión de jugador de baloncesto es sencilla o algo fácil, estás muy equivocado.

 

Otro consejo sería que siempre entrenes y juegues como si fuera la última vez que jugases al baloncesto, dejándolo todo en la cancha, porque si no lo haces, hay “millones” de tipos que esperan ocupar tu lugar y te mandarán a casa. Respeta este deporte y siempre mantén la confianza en ti mismo.

 

A: ¿Quién es Mark Cooper y cómo empezaste a jugar al basket?

 

MC: Comencé a jugar a los 7 años en el King Park en South Minneapolis. Ahí fue donde comencé a jugar y a sentir amor por el baloncesto. Aprendí a ser fuerte tanto mental como físicamente. No era una zona segura para vivir, pero es cierto que los mejores jugadores del área de Minneapolis salen de las peores zonas de la ciudad.

 

Supongo que eso ocurre porque el hecho de destacar tanto en el basket o en cualquier deporte se convierte en un asunto vital para los chicos como nosotros y por eso lo logramos. Para muchos chicos de mi barrio era la única forma de conseguir una beca de estudios o la manera de sacar a sus familias de esos lugares y poder mudarse a mejores sitios donde vivir.

 

Me defino como una persona muy creyente. Mi máxima es poner SIEMPRE a Dios por delante de todas las cosas y tener fe en mí mismo. Cualquier cosa es posible si trabajas duro y te esfuerzas sin abandonar nunca. Quitando a mi familia y algunos amigos cercanos, nadie creía que llegaría hasta aquí. He pasado muy malos momentos, pero siempre me he mantenido fuerte y confiado y aún sigo luchando por lograr mis sueños.

 

Para muchos de nosotros el basket es la única manera de poder salir del barrio donde crecimos.

A: Mark toma un nuevo sorbo de café y sigue hablando pausadamente...

 

MC: Nunca dejes de luchar por tus sueños, no importa lo que puedan decirte los demás. Me gustaría poder ser un ejemplo para otros chicos y ayudarles a entender que las cosas que uno quiere lograr a veces se ponen complicadas pero nunca son imposibles. La clave es marcarse objetivos: semanales, mensuales, anuales… y lograrlos. El trabajo duro derrota al talento cuando el talento no trabaja duro.

 

También quisiera tener unas palabras para Dios, mis adorados padres Mark Sr y Valerie por darme la moral y los valores que me han permitido ser una buena persona. También quisiera agradecer a Jerry Freitas, el entrenador de mi instituto. Él es la razón por la que tengo la ética de trabajo que tengo hoy en día y fue la primera persona, aparte de mi familia, que creyó en mí, por lo que siempre tendrá un lugar especial en mi corazón. Aún estoy empezando y esto es solamente el principio de mi carrera como profesional.

 

A: Te deseamos mucha suerte Mark. Sabes que Dios está de tu parte y que si sigues peleando por lograr tus metas, el premio llegará tarde o temprano.

 

(Entrevista: José Álvarez/Fotos: Archivo personal de Mark Cooper)

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