La sacavera comienza a ser un depredador temido en los campos de la Liga Smartbank. El Real Oviedo se engalanó con su bonita segunda equipación para volver a ganar en La Romareda, un campo que ha traído muchas alegrías en la era Ziganda. Si ya la temporada pasada el equipo ovetense sumó una, por entonces, muy importante victoria en el camino a la permanencia, en esta ocasión, se pudo remontar y vencer con autoridad para encadenar la que es la tercera victoria consecutiva del conjunto oviedista tras las logradas ante UD Las Palmas (1-2) y CD Castellón (4-0).

Ziganda dio continuidad a su equipo tipo de las últimas jornadas, mientras que su discípulo Iván Martínez tan solo tenía 14 jugadores profesionales en su convocatoria. Debut del nuevo técnico del Zaragoza, un hombre al que entrenó el propio Ziganda cuando jugaba en el Osasuna Promesas.

El primer acercamiento con peligro del partido fue para Nahuel, pero el hispano-argentino vio como tapaban su remate. El Oviedo se mostraba bien plantando en el campo, aunque el equilibrio presidia el duelo entre ambos equipos.

En el minuto 16 llegó la primera tarjeta amarilla del encuentro, clara, para el local Javi Ros incapaz de detener a un Sergio Tejera, que con el paso de los minutos se paseó imperial por el césped del estadio zaragozano. El mediocentro catalán ponía la pausa y la visión de juego privilegiada que le caracteriza.

El Oviedo presionaba bien en defensa, consiguiendo que el equipo maño apenas crease peligro, solo faltaban las ocasiones para los carbayones.

Pero cuando el partido parecía bien controlado por el conjunto asturiano llegó el gol del Real Zaragoza en el minuto 26, un gol surrealista. Zapater sacó una falta desde la izquierda, Guitián se coló en un tremendo hueco en la defensa oviedista, Bolaño, que lo perseguía, tocó ligeramente con el pecho y el balón se coló en la portería ante la estatua incomprensible de un estático Femenías, que se quedó protestando sabe Dios el qué.

El tanto dejó afectado al Oviedo en los siguientes minutos, mientras que el Zaragoza se animaba buscando en las contras al peligroso Narváez.

Tras unos minutos de desconcierto, las filas oviedistas se recompusieron y comenzaron a recuperar terreno. Álvaro Ratón casi regala el empate con una pelota rechazada por Borja Sánchez, que fue a presionar al guardameta local, aunque el esférico salió fuera.

En el minuto 34 Edgar se llevó una cartulina amarilla, ya son 8 las que acumula en la presente liga el medio cedido por el Real Betis. Luego llegó una intentona de Nieto, pero, tras su diagonal, el disparo raso del lateral derecho salió flojo.

Más cerca del gol estuvo Blanco Leschuk con un disparo desde fuera del área tras recuperación de Édgar, que se marchó rozando el palo de Ratón.

En el minuto 44 un centro divino de Borja Sánchez estuvo cerca de ser cazado por el Tiburón Blanco, pero un defensa zaragocista se adelantó para despejar a córner. Y en ese saque de esquina llegó el tanto del empate. Álvaro Ratón salió mal de su portería y Borja Sánchez se disfrazó de minino para adelantársele con un precioso cabezazo que terminó dentro de la portería local tras golpear con violencia en el larguero. Un tanto psicológico antes del descanso, que ponía justicia vistos los méritos azules y lo poco que había hecho el Zaragoza.

La segunda mitad comenzó con el Real Oviedo en la misma línea con la que había terminado el primer tiempo. Si el tanto del Mago del Requexón había tenido efecto psicológico, el equipo de Ziganda volvió a golpear pero esta vez en el mentón zaragozano.

Minuto 49, y el Oviedo trenza una jugada de filigrana por la banda izquierda del ataque con Borja Sánchez como gran protagonista, Nahuel de apoyo y Sergio Tejera de asistente para el remate de Blanco Leschuk. Primer tanto del delantero sudamericano con los colores del Real Oviedo y mordedura letal de la sacavera.

Con el marcador ya a favor, los carbayones perdonaron varias oportunidades para hacer más grande la herida local. Édgar soltó un zapatazo que sacó Álvaro Ratón con un paradón, y luego Borja Sánchez marró una ocasión tras jugada individual.

El míster local buscó la reacción con la entrada de Igbekeme y el joven Serrano. Este último revitalizó a su equipo que fue haciéndose con más posesión de balón y comenzando a acercarse al marco de Femenías.

El portero balear intervino con acierto a un chut peligroso del mencionado Serrano. El Zaragoza comenzaba a presionar, sabedor que podía volver a encajar otra derrota empeorando su delicada situación. El colombiano Narváez tuvo una buena ocasión para empatar pero su remate salió desviado.

Entraron por el Real Oviedo Javi Mier y Obeng, relevando a Borja Sánchez y Blanco Leschuk. Cuando más presionaba el Zaragoza, llegó la expulsión de Francés tras cortar éste con la mano un ataque ovetense que dejaba a un jugador oviedista solo ante Álvaro Ratón.

Quedaban 15 minutos más descuento, y el viento volvía a soplar a favor de los intereses oviedistas ante un rival acuciado por sus urgencias. Sería exagerado a estas alturas decir que el Zaragoza es un enfermo terminal, pero por momento parece un alma en pena.

En el minuto 77 Mossa recibió una amarilla, motivo por el que sería sustituido poco después por Lucas Ahijado, que se mostró muy intenso en los minutos que tuvo. El Oviedo recuperó el control del partido, dando también minutos a Cedric, que sustituía a un buen Nahuel.

Poco más aconteció en los minutos finales sin más sobresaltos para el Oviedo, que el propiciado por un centro desde la derecha de Zanimacchia que, tras varios rebotes peligrosos de pinball, atrapó Femenías.

Al final victoria por 1-2 de un buen Real Oviedo, que sigue en la buena trayectoria de las últimas semanas a la espera de recibir el próximo sábado al Fuenlabrada. Para terminar esta crónica una preguntita, ¿dónde están ahora los que querían echar a Ziganda hace unas semanas?...

(Crónica: F. Gayo/Fotos: LFP)