El Real Oviedo vence por dos a cuatro al Zaragoza en un partido donde los carbayones supieron jugar sus cartas, que les llevaron a la victoria. Una victoria que supone la salvación y el ascenso del Cádiz. Con goles de Obeng, Sangalli, Bárcenas y Ortuño. Festival de goles en La Romareda. Por parte del Zaragoza, sería Linares el encargado de marcar el gol testimonial en el descuento. Y, por último, de penalti Kagawa. 

El Oviedo sabía lo que se jugaba. Era muy importante llevarse los tres puntos a Oviedo y así es como sería. El primer gol llegaría tras un centro por la derecha que remataba Obeng a placer en el minuto 15. Uno a cero. Todo por decidir aún. El primer pase, el previo, corría a cargo de Sangalli.

Nuevo golazo de Sangalli

El segundo gol llegaba de una falta lateral botada por Bárcenas en la banda izquierda. En el área quedaba después un balón que Sangalli remataba con todo. Golazo, golazo y golazo. El donostiarra volvía a demostrar una jornada más porque es un jugador destacado del Real Oviedo. Gran gol en una jugada ensayada en el minuto 45. 

Con la entrada del mago del Requexón la circulación de balón del Oviedo cambiaba. En una contra, Borja le ponía el balón a Bárcenas que remataba y marcaba el tercer gol de la noche. Un Oviedo pletórico estaba más cerca de la victoria. Era el minuto 79. Disparo cruzado y para dentro de la red.

El Mago del Requexón daba pases magistrales

En el cuarto gol también estuvo implicado Borja. Un pase por la banda izquierda a Ortuño hizo que “el bazoca”, a la media vuelta, marcara el cuarto gol del Oviedo. Partido sentenciado. Mucha falta de una victoria hacía. 

Los goles del Zaragoza llegaban en el descuento. Primero sería Linares. El ex del Oviedo marcaba un gol testimonial en el descuento. Y para rematar, Kagawa de penalti. Un penalti sobre Luis Suárez que ponía el dos a cuatro definitivo. Tarde de goles en La Romareda. 

Con esta victoria, el Oviedo daba un golpe de autoridad y está cada vez más cerca de la salvación. Estábamos en la UCI, nadie daba un duro por los azules. Y ahora, vuelven a nacer. Con Sangalli como estandarte, el Real Oviedo está más fuerte que nunca. 

Consuelo Cuesta.